Es inaceptable que uno reciba mensajes no deseados de carácter dañino y que no tenga forma de impedirlo o ponerle fin.
Según estudios recientes, desde que el teletrabajo se ha vuelto habitual debido a la pandemia, los trabajadores remotos (sobre todo las personas con identidades marginalizadas) son víctimas de más acoso y hostilidad en línea. Nadie debería verse obligado a utilizar una herramienta que lo deja expuesto al abuso y al acoso, pero decenas de millones de personas usan a diario Slack, una plataforma de chat que carece de una función para bloquear los mensajes abusivos.
Pide a Slack que añada una función de bloqueo para que los usuarios puedan impedir que les lleguen mensajes abusivos.
Es posible bloquear las llamadas y los mensajes de texto procedentes de números de teléfono específicos, así como los mensajes directos en Instagram y Twitter. Incluso se pueden bloquear personas en Google Drive. El principal competidor de Slack, Microsoft Teams, también dispone de una función de bloqueo para uso personal, una diferencia clave que señalamos en nuestras recientes reseñas de aplicaciones de videollamadas (*Privacidad no incluida).
Slack es perfectamente consciente del problema. Este mismo año, la compañía tuvo que corregir a toda prisa la función Slack Connect tras las críticas públicas de que no se moderaban los mensajes de invitación enviados desde una dirección de correo electrónico genérica, lo que permitía dirigirse a los destinatarios con un lenguaje abusivo.
En 2019, la entonces colaboradora de Mozilla Caroline Sinders documentó el acoso sexual del que fue víctima una amiga suya en la plataforma y su incapacidad para protegerse. En colaboración con Coworker.org y UltraViolet, Caroline puso en marcha una campaña para urgir a Slack a añadir un mecanismo de bloqueo.
Tanto si alguien debe usar Slack en el trabajo como si decide hacerlo para divertirse, realizar labores de voluntariado o conectar con una comunidad, no debería correr el riesgo de recibir mensajes abusivos.
Por este motivo, Mozilla se ha asociado con Caroline Sinders, Coworker.org y UltraViolet para exigir que Slack ofrezca una opción de bloqueo a los usuarios.