Una ilustración del Informe de la Salud de Internet
Trabajar tras bambalinas en el reporte se ha traducido en buscar y recolectar nombres, leer petflies, escribir emails y hablar con gente que vive y que viaja por todas partes del mundo. Toda esta gente tiene proyectos, ideas, luchas y sentimientos muy fuertes sobre aquello que es el internet, y aquello que debería ser.

El 2020 será sin lugar a dudas un año que recordaremos por mucho tiempo. Para mi este fue el año en el que una rara pandemia nos conectó más global y estrechamente que nunca, pero también en el que uní fuerzas con la Fundación Mozilla para recolectar 200 historias sobre salud de internet contadas por 100 personas en la edición de este año del Informe de Salud de Internet.

Como en sus otras ediciones, el reporte busca ponerle luz a los momentos más saludables de internet en 2020 y también a aquellos más preocupantes y que necesitan de nuestra atención. Este año, no obstante, vamos a hacer las cosas un poco distinto. Vamos a seguir con el enfoque que ya se conoce en temas como privacidad y seguridad, apertura, inclusión, descentralización y alfabetización digital; pero le vamos a prestar atención especial a las personas más envueltas dentro de estos movimientos y ver con ellos qué ha sido lo más resaltante en este año tan tumultuoso.

Trabajar tras bambalinas en el reporte se ha traducido en buscar y recolectar nombres, leer perfiles, escribir emails y hablar con gente que vive y que viaja por todas partes del mundo. Toda esta gente tiene proyectos, ideas, luchas y sentimientos muy fuertes sobre aquello que es el internet, y aquello que debería ser. La generosidad de las respuestas me ha dejado en una pieza. Por una parte a causa de los incontables modos en los que tanta gente quiere ayudar y por otra porque me recuerda que estas luchas son difíciles, pero jamás solitarias.

Sí, los regímenes autoritarios siguen cortando de un tajo las conexiones a la red, nuestros datos siguen siendo la misma mina oro que tiene sin descanso a las grandes corporaciones y aquello/as que actúan de mala fe siguen sin rendir cuentas. Sin embargo, el sentimiento de esperanza que viene al ver el tamaño y el alcance del movimiento de defensa de internet y de su salud se quedarán conmigo por mucho tiempo.

Me llenan de inspiración estas personas que monitorean y denuncian apagones, y también las que arriesgan su propia seguridad para abrirnos una ventana a sus resilientes comunidades abriéndose paso en su rincón de internet. He conversado con personas que investigan y que atinan a pensar más allá de los límites que les imponen; y he descubierto artistas, activistas, educadores y ciudadana/os que se organizan para contrarrestar injusticias en línea y a sus alrededores. Me he conseguido con personas consagradas a la defensa de derechos de comunidades indígenas y activistas LGBTQI+ que abren espacios seguros que se expanden y llegan tan lejos como pueden para apoyar a muchas más en todo el mundo.

Este es un océano de gente a la que le importa muchísimo cada gota que lo forma. Por compleja e imperfecta que pueda ser, está hecho de gente que sigue creciendo y aprendiendo, que continúa pasando conocimientos a muchas personas que a su vez seguirán haciéndolos llegar a otra/os más. La comunidad global que trabaja por un internet más saludable no es solamente diversa y poderosa, también crece en números y en impacto. Las mentes que cambia, las cambia de modo permanente. Estamos más emocionados que nunca de compartir las historias que nos han contado estas personas, y si fuera yo misma una de las que comparte las suyas en esta edición, mi historia de salud y optimismo sería, sin duda, la creación misma de este reporte.

El Internet Health Report será publicado a principios de 2021 y es que no podemos esperar para compartirlo con todos ustedes.


Contenido relacionado