Para muchas personas, comprar en las redes sociales es algo positivo. Las plataformas como Instagram Shopping o Facebook Marketplace ofrecen una gran variedad de productos dentro de una aplicación en la que ya pasamos bastante tiempo, y a menudo la oferta está personalizada según tus gustos. Es un servicio cómodo y fácil, y te ayuda a comprar esas cosas que no sabías que habías necesitado toda la vida.

Si ya has usado la aplicación de una de tus redes sociales para hacer una compra, eres uno de los integrantes de una gran multitud en crecimiento. El llamado «comercio social» está en expansión: según Statista, en el año 2020, las ventas mundiales del comercio social tuvieron un valor de aproximadamente 560.000 millones de dólares estadounidenses, y las previsiones sugieren que para 2026 se alcanzarán los 2,9 billones.

Facebook se ha dedicado al comercio durante años; algunos países ya tienen acceso a Facebook Pay para realizar compras en Facebook, Messenger, Instagram y WhatsApp. En Instagram, 130 millones de cuentas hacen clic en una publicación de compras cada mes. TikTok está cada vez más asociado con Shopify para que los usuarios compren a través de la aplicación. Y WeChat juega un papel muy importante en el mercado del comercio social de China, que es diez veces mayor que el de los EE. UU.

Pero, ¿es una buena idea mezclar las redes sociales y nuestras compras? Ya sabemos que las empresas de redes sociales tienen un hambre insaciable de datos de sus usuarios, entonces, ¿qué información personal podríamos estar compartiendo cuando hacemos compras en sus plataformas? ¿Hay alguna diferencia con los otros tipos de compra en línea?

Ilustración estilizada de cuatro cajas de entrega con los logotipos de TikTok, Facebook, WeChat e Instagram.

¿Son seguras mis transacciones?

Si realizas compras a través de la aplicación de una de tus redes sociales, es probable que estés entregando una gran cantidad de datos personales. En Facebook o Instagram, por ejemplo, esto incluye información de tarjetas de crédito, direcciones de facturación/envío y otros datos de contacto, además de otros tipos de información que revelan mucho sobre tus hábitos personales. Luego, la plataforma transfiere algunos de estos datos a los vendedores y proveedores de servicios para ayudarlos a cumplir con tu pedido.

La activista legislativa de Electronic Frontier Foundation, Hayley Tsukayama, dice que está bastante segura de que las grandes empresas de redes sociales serán confiables a la hora de efectuar el procesamiento seguro de los pagos. Pero hay todo tipo de información adicional sobre tus hábitos de compra que también podrías estar entregando.

«Dónde estás, qué compras, cuándo lo compras… pueden saber que haces tus compras a última hora o que las haces con mucha anticipación. Todos estos son pequeños datos que alimentan el perfil que estas empresas crean sobre ti y que luego venden a los anunciantes».

Comprar a través de las redes sociales puede parecer igual a las compras regulares que haces en otras tiendas en línea, pero algunos aspectos del comercio social aún no están tan maduros ni han sido tan analizados como el resto de las compras en línea, aunque parezcan similares. Es ahí donde las cosas pueden ponerse riesgosas.

Jake Moore, especialista en seguridad de la empresa de seguridad cibernética ESET, declara que ha visto un aumento masivo en los casos de fraude relacionados con el comercio social. Estos casos van desde vendedores que toman el dinero de los consumidores y no entregan el producto, hasta quienes se apoderan de la información financiera de los usuarios haciéndose pasar por vendedores legítimos y luego venden los datos:

«Al investigar en la dark web, puedes encontrar bases de datos llenos de números de tarjetas de crédito, números telefónicos y direcciones, empaquetados de forma bonita para su entrega a un precio bastante económico, generalmente uno o dos dólares por línea».

Podría decirse que este riesgo se aplica a todas las actividades de comercio en línea, pero Moore asegura que la facilidad con la que pasas de ver un producto específico en una red social a comprarlo elimina los puntos de fricción del proceso de compra, haciendo menos probable que hagas una pausa y reflexiones sobre la confiabilidad del comerciante.

Estelle Massé, analista sénior de políticas y jefa de protección de datos en Access Now, advierte que añadir información financiera a toda la información personal que ya compartes en las redes sociales las convierte en «realmente propicias para los abusos» en términos de fraude.

Ten cuidado con los correos electrónicos de phishing que afirman provenir de cuentas de redes sociales y que ofrecen reembolsos o solicitan información de la cuenta: «podrían estar tratando de obtener acceso a tu tarjeta de crédito», nos dice Estelle.

Ilustraciones estilizadas de publicaciones de 'comprar ahora' en redes sociales

Cómo comprar en las redes sociales de forma segura

Primer paso: haz averiguaciones previas sobre el vendedor. Presta atención a las señales de compromiso en el perfil: un grupo de seguidores adecuado, combinado con comentarios y reseñas. Las cuentas pueden comprar seguidores falsos, como reconoce Moore, aunque añade que las interacciones genuinas son más difíciles de replicar, ya que los seguidores falsos «tienden a consistir únicamente en números y no en comentarios». Comprobar si el proveedor tiene una cuenta verificada (marca azul) también ayuda, dice Moore. Investiga como lo harías si estuvieras comprando en cualquier tienda de la que no hayas oído hablar antes.

En cuanto a la privacidad, los tres expertos tienen un consejo más: trata de no completar la transacción desde la aplicación social. Es mejor que abras un navegador e ingreses la URL de la tienda allí, o que busques al vendedor de forma independiente. Intenta hacerlo y verificar que el sitio sea seguro (por ejemplo, busca el candado HTTPS en la barra de direcciones).

«En general, creo que lo mejor es dirigirse directamente a un sitio», dice Tsukayama. «Si ves un anuncio con el nombre de la empresa, y es alguien en quien confías, vé directamente allí, en lugar de ingresar a través del anuncio o del sitio de compras de una red social».

Esto también implica que no uses el navegador integrado en la aplicación de la plataforma de las redes sociales para pagar; es mejor que abras otro navegador o que hagas una búsqueda independiente para comprar el producto, recomienda Moore. Toca los tres puntos que se encuentran en la esquina de tu aplicación social y busca la opción de «abrir en el navegador», o simplemente copia y pega la dirección.

«Todos (los navegadores integrados en las aplicaciones) usan tu información de diferentes formas», comenta Moore. «No siempre eres consciente de la cantidad de información que pueden ver sobre ti».


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